Bonos vinculados a la sustentabilidad: Buenas noticias para el financiamiento sustentable en América Latina
La emisión de bonos ESG cerró 2020 con un volumen emitido de más de $450 mil millones, lo que representa un crecimiento cercano al 50% respecto al año anterior. Este crecimiento estuvo respaldado en gran medida por la emisión de bonos sociales y sustentables (46% del mercado de bonos ESG), que casi se cuadriplicó, ya que los emisores buscaban respaldar la salud y la recuperación económica necesarias tras la pandemia.
En la primera mitad de 2021, los bonos ESG han tomado aún mayor relevancia en el mercado de renta fija, superando los $1.5 billones en el mercado y un volumen emitido a la fecha que ya supera el volumen total emitido a finales de 2020. En un año en que el desarrollo sustentable sin duda debe formar parte de las decisiones políticas y económicas (COP26 y recuperación económica global), los emisores de bonos verdes, sociales y sustentables no se han quedado atrás y, a través de estas emisiones, han contribuido a la lucha contra el cambio climático, comprometiéndose también al crecimiento inclusivo y sustentable.
Por ello, debemos destacar la importante evolución y crecimiento que están experimentando las finanzas sustentables en la región latinoamericana durante el 2021. Sin duda, todos los actores del mercado son conscientes de los desafíos y oportunidades de la región en materia de desarrollo sustentable. En este sentido, ya parece evidente que los bonos ESG pueden y deben jugar un papel relevante en la región para movilizar fondos para iniciativas, proyectos y programas que contribuyan al desarrollo social y ambiental en América Latina.
El surgimiento de bonos vinculados a la sustentabilidad
Desde septiembre de 2020, y a lo largo de estos meses de 2021, el mercado de bonos ESG ha incorporado un nuevo tipo de bonos sustentables conocidos como bonos vinculados a la sustentabilidad (SLB), que si bien han tenido una gran aceptación a nivel mundial, son especialmente relevantes en América Latina.
Sin duda, la urgencia de responder a la crisis ha facilitado que los bonos sociales y los bonos vinculados a la sustentabilidad ganen relevancia en la medida en que permitan identificar impactos medibles a nivel de institución o proyecto. Así, en Latinoamérica hemos visto cómo en los primeros seis meses del año se ha triplicado el volumen emitido en bonos ESG durante 2020 (USD$4,100 millones en 2020 vs. USD$12,000 millones a junio de 2021) con el formato de bonos vinculados a la sustentabilidad. siendo los más utilizados (aproximadamente en el 80% de los casos).
Vale la pena recordar que el mercado de bonos ESG en la región fue apoyado inicialmente por emisores soberanos, seguidos por instituciones financieras. Este aumento tan importante de SLB en países como México o Brasil, sin embargo, se explica por el interés de los emisores corporativos del sector privado de explicar mejor cómo los temas ESG, como el cambio climático, la justicia social, la transparencia y el bienestar humano, son preocupaciones clave que son considerados en la definición de su estrategia corporativa. A través de este tipo de bonos se busca la mejora continua en aspectos clave que afectan la forma de actuar de las empresas y a través de indicadores ambientales o sociales, los inversores pueden monitorear anualmente el cumplimiento de los objetivos ASG marcados por cada emisor a corto, mediano y largo plazo.
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